“Déjame tu mensaje, te ayudaré a gestionarlo”

En primer lugar, vamos a parar un momento en el tiempo. Te invitamos a pensar en aquellos conflictos o miedos, aquellas preocupaciones e inquietudes que, tus alumnos y tus alumnas, te han contado a lo largo de tu experiencia docente. 

Seguro que te vienen muchos momentos diferentes y, en cada uno de ellos, analiza las siguientes preguntas:

¿Qué hiciste para ayudarles a buscar una solución? ¿A quién implicaste para ello? ¿Contabas con los recursos suficientes? ¿Lo lograste? ¿Hasta qué punto llegó a afectarles en el aprendizaje diario?

Para cada uno de vosotros y vosotras, las respuestas serán dispares. 

Por otro lado, piensa en aquellos alumnos y aquellas alumnas que se mostraban más tímidos, inseguros o quizá más distantes y no llegaste a saber mucho de lo que les pudo llegar a preocupar. ¿Notaste alguna vez algo en su estado de ánimo? ¿Quizá te sentiste impotente pues su carácter era más bien hermético?

Llegados a este punto, desde el Programa Reto, queremos ofrecerte un recurso para el aula: el buzón de los problemas. 

Precisamente, su objetivo es poder contar con un material en primaria (desde 3º a 6º) que sea accesible al alumnado, en el que puedan escribir y depositar sus preocupaciones, sus miedos, posibles casos de acoso, conflictos, etc. 

Para ello, lo primero que se debe hacer es plantearlo como una ayuda más con la que pueden contar, como algo anónimo (no se va a plantear el problema manifestado en alto) y se ayudará a poder gestionarlo. Así, el tutor o la tutora del grupo, varias veces a la semana, abrirá el buzón y leerá los mensajes que contiene (el alumnado puede depositar los mensajes cuando quiera de todo aquello que necesite), por tanto, será el único responsable y encargado de analizar lo que en él se encuentre. Una vez leídos los mensajes, contará con las personas necesarias para resolverlas, así como activar posibles planes de intervención.

Ahora bien, ¿con ello qué se puede lograr? 

En primer lugar, en los centros que lo llevamos a cabo, se crea un clima de confianza en el aula seguro. Por otro lado, se han llegado a activar protocolos de acoso, poder trabajar preocupaciones a nivel de tutoría (paso a la ESO, educación afectivo-sexual, etc), conflictos que de otra forma no se hubieran llegado a conocer, relaciones familiares que, desde fuera, parecían muy positivas y, derribando fachadas, observar y conocer carencias emocionales en el alumnado (“todo esto que me pasa, no consigo gestionarlo de manera autónoma”). Para ello, se ha contado con diferentes profesionales (personal orientador, jefatura de estudios, asociaciones externas, etc). 

Por tanto, son muchos los beneficios de poder trabajarlo en el aula, genera lazos entre profesorado y alumnado, ayuda en el día a día y, en general, fomenta el desarrollo de habilidades emocionales competentes y unas buenas habilidades sociales. 

Fíjate todo lo que se puede llegar a trabajar a partir de un mensaje escrito, ¿te animas a trabajarlo en el aula? 

¡Podéis contarnos vuestras experiencias, estaremos encantados y encantadas de tenerlas!


Francisco Javier González Jiménez.

Formador RETO. Maestro especialista de pedagogía terapéutica en el CEIP Carretas (Arganda del Rey, Madrid). 

Algunos ejemplos de buzones de los problemas.

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