Mindfulness en el aula.
Hoy día, que vamos siempre con prisas, llevamos un ritmo frenético y vivimos en un mundo agitado, nos cuesta disfrutar de los pequeños momentos. No prestamos demasiada atención a lo que nos pasa y, a veces, no sabemos controlar nuestras preocupaciones. Como docentes siempre pedimos a nuestro alumnado que esté calmado, relajado, concentrado y atento en clase. Pero, ¿quién les enseña a relajar el cuerpo y la mente de manera consciente?
Todos/as hemos escuchado los múltiples beneficios que tiene realizar a diario la práctica del Mindfulness. Pudiera parecer que el mindfulness esté de moda ahora, pero no estamos ante un nuevo fenómeno, sus orígenes se remontan a finales del siglo VII a.C. Veamos pues, qué es. Mindfulness significa “prestar atención de forma especial: a propósito, en el momento presente y sin juicios”.
Existen evidencias científicas que avalan que la práctica de Mindfulness mejora nuestro bienestar personal, refuerza la calidad de las relaciones interpersonales y aumenta la capacidad de atención en nuestro trabajo.
Al realizar esta practica establecemos una intención de estar presente, eso orienta a la atención, y esta a su vez facilita el proceso de conexión, en este caso con la respiración y el cuerpo. Esa conexión permite elementos de autorregulación que nos ayudan a mantener el equilibrio, lo que hace que la persona acepte lo que les está pasando, aportando más flexibilidad psicológica y facilitando el que nos cuidemos y tratemos con cariño.
Siguiendo las líneas de actuación del Programa RETO, hemos puesto en marcha la práctica de mindfulness en el instituto durante el tercer trimestre del curso.
En principio solo hacen falta 5 o 10 minutos al día y podemos ir variando en cada sesión. Le pedimos a nuestro alumnado que se siente de manera cómoda y que se centre en su respiración unos minutos poniendo música relajante, también podemos realizar un ejercicio con alguna visualización. A los alumnos/as les motiva mucho que el docente haga los ejercicios con ellos y comparta su experiencia. Después de realizar mindfulness en el aula, al cabo de unas semanas observamos como los alumnos/as mejoraban su atención en la realización de las tareas, aumentaban su concentración en clase, mejoraba el clima en sus relaciones de compañeros/as, ambiente del aula, etc…
Aunque sabemos que en las primeras sesiones cuesta que tomen conciencia y se relajen, al cabo de unos días son los propios alumnos/as los que piden tener estos minutos de calma, bienestar y paz.
El Mindfulness favorece el desarrollo de la inteligencia emocional. Como hemos visto aporta muchos beneficios tanto a los alumnos/as como a los profesores/as.
¿Te animas a ponerlo en práctica en tu aula?.
Nieves Sola Ocetta.
Formadora RETO secundaria | PT en IES el Palmeral (Orihuela).