Programa RETO

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“Si nos necesitas, aquí estamos, te sentirás mejor”

En el día a día, las relaciones sociales que se establecen entre las diferentes personas, están cargadas de diferentes variables que las definen. En los centros educativos, se llevan a cabo, en cada uno de los contextos que los componen: patio, clase, pasillos, desplazamientos, comedor, especialidades…

¿Qué hay que tener en cuenta en ellas? Sencillamente, la gestión emocional, tanto intra como interpersonal, con la que cuenta el alumnado, para que se lleven a cabo de manera adecuada. Esta es la llave para una adecuada convivencia entre todos y todas.

Por ello, un conflicto, debe ser entendido como un desacuerdo, y, lo que hace que tome un rumbo negativo o positivo, es precisamente la manera de solucionarlo, intentando que todas las partes implicadas resulten beneficiadas, escuchando y mediando cuando sea necesario, siendo una tarea que puede corresponder a otras personas que se prestan voluntarias para hacerlo.

De esta forma, surge un espacio en las escuelas Reto (banco de la paz) y unas personas responsables que participan en todos aquellos conflictos en los que se les pide colaboración (mediadores y mediadoras).

Estos alumnos y estas alumnas, se presentan de manera voluntaria y pertenecen a los cursos de 5º y 6º de Educación Primaria del centro y alumnado de Secundaria de cada uno de los cursos. El proceso de selección se completa con el cuestionario que responden, la autorización de sus familias, así como la opinión de los tutores y tutoras de estos cursos, la persona coordinadora del proyecto y el departamento de Orientación. En total, suelen ser 20 personas, repartidas por parejas, saliendo al patio quincenalmente.

Como cualquier labor educativa, cuenta con una formación específica, la cual corre a cargo del personal de Orientación del centro, siguiendo siempre el modelo de mediación escolar de María Carmen Boqué. Se trabajan contenidos como las funciones de la mediación, la escucha activa, la empatía, los tipos de conflictos que nos podemos encontrar (activo, asertivo o pasivo), la asertividad, el autocontrol y autorregulación personal, así como los pasos con los que se van a resolver cada uno de ellos.

Es muy emocionante verlos por parejas, día a día, en el patio, dando siempre lo mejor de ellos y ellas, desde que se ponen su chaleco, sus brazaletes, colgantes, llevan su micrófono y su caja de la paz. En este sentido, todo el centro sabe la pareja titular de cada día, ya que, se cuenta con un panel de fotografías, de los niños y las niñas que colaboran, y los días asignados. Ponen todo su entusiasmo en ayudar a resolver lo que acontece, con un cariño, respeto y empatía únicos. Son personas muy comprometidas y se lo toman muy en serio. Es emocionante ver como entre iguales gestionan sus propios asuntos, acuden al banco de la paz, siguen el modelo de los cinco pasos trabajados (¿Qué ha pasado?, ¿cómo me he sentido?, ¿cómo lo he solucionado?, ¿qué podría haber hecho? y consenso), estableciendo el turno de palabra con el objeto mediador (peluche, micrófono…). Al final de muchos conflictos, se llegan a ver abrazos muy sinceros. La magia de la mediación es, precisamente, llegar a ponerse en el lugar del otro y, a partir de ahí, construir algo juntos.

Francisco Javier González Jiménez.

Formador RETO. Maestro de Pedagogía Terapéutica del CEIP Carretas (Arganda del Rey, Madrid).